En el nuevo periodo de gestión del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, iniciada a partir del 10 de diciembre de 2019, su titular Horacio Rodriguez Larreta, como así también el Vicejefe de Gobierno Diego Santilli, debieron ocuparse, rápidamente, de las nuevas problemáticas que generarían las nuevas autoridades nacionales, ante la reducción de partidas, lo cual se iba a traducir en menor seguridad, menor inversión en infraestructura, menos recursos para educación, etc.
Ahora bien, transcurridos los dos primeros meses del nuevo periodo y, poco antes de que la pandemia por el Covid 19 fuera declarada por la OMS, ya la gestión gubernamental de CABA, había girado su atención en lo que se vendría después. Es que estaba preocupada y, ocupada, en recibir a los ciudadanos del exterior para conducirlos a la cuarentena que ya se sabía que debíamos aplicar, y en hacer el seguimiento de los contactos de familiares y/o amigos para evitar la propagación del virus.
Consecuente con ello, con la colaboración del Dr. Fernan Quirós elegido en el área de la salud, adoptaron un trabajo de cooperación con el Gobierno Nacional, para encaminar la salud pública a un estado óptimo, dentro del grave contexto socioeconómico actual, y lograr la mejor forma de “testeo” para captar los posibles casos de infectados. Asimismo, se preparó en conseguir hoteles que pudieran albergar a los vecinos de la Ciudad, dándoles contención habitacional y alimentaria, con control médico para que pudieran transitar la cuarentena de la mejor manera posible (tal como ocurrió apenas arribó el Ferry desde la República Oriental del Uruguay, que llegaba con un “infectado de coronavirus” y los tripulantes pudieron ser derivados sin mayores dificultades).
Luego de pasada la primer quincena del aislamiento obligatorio, se introdujo el programa Mayores Cuidados, que fue muy cuestionado en sus inicios, pero que tal como se pudo comprobar, por el formato de asistencia seleccionado y llamados telefónicos efectuados, fue rápidamente reconocido por sus destinatarios como favorable.
Actualmente, se agregó a dicho plan: asistencia psicológica, programa de vacunación a domicilio, se mejoró el sistema de “delivery” para la adquisición por parte de los destinatarios, de los bienes y/o servicios que requieran.
También se trató de atender los reclamos económicos, por lo que se consensuó con el Gobierno Nacional, primero la posibilidad de lograr la apertura de comercios con modalidad de venta “take away”, es decir con entrega personalizada o a domicilio, y ahora una apertura comercial y de medidas incipientes de esparcimiento.
En su lugar, Alberto Fernández adoptó un criterio paternalista de cuidado, que en nada se cristalizó, a la luz de la eficiencia puesta de manifiesto en la Ciudad.
Si bien, en un inicio dispuso la creación de nuevas camas, que sin médicos capacitados y respiradores, no garantizaban demasiado, lo cierto es que, ni su discurso ni, el proceder del Gobernador de Buenos Aires adoptaron rápidamente medidas similares e inmediatas en el ámbito provincial. Vemos así, que en el territorio bonaerense el gobernador decidió cerrar los lugares infectados, en lugar de trasladarlos y darles contención asistencial, tal como lo hace el gobierno de Rodríguez Larreta.
Queda claro, que el interés en la eficiencia, en la mejor manera de inversión del dinero público, y en materia de seguridad, marca caminos sustancialmente diferentes, más allá de los riesgos asumidos ante la posibilidad de que los posibles infectados supere la capacidad hospitalaria.
Lejos de hacer comentarios políticos, de tinte “popular” y demagógicos, el Presidente de la Nación Alberto Fernández, como así también el gobernador Axel Kicillof, deberían agradecer tanto a los funcionarios de CABA, como a los vecinos de la Ciudad, pues es sabido que los aportes impositivos en materia sanitaria siempre estuvo dedicado a suplir las falencias que históricamente tuvo el sistema de salud provincial. Además, bien vale señalar, las mejoras producidas por María Eugenia Vidal, en apenas cuatro años, en más de 200 salitas médicas, en los barrios e intendencias provinciales, como así también en las Guardias Hospitalarias; más la logística creada por el SAME -con ambulancias equipadas para urgencias-.
Entender que el bien común lo construimos entre todos, sea por la pandemia del Covid 19 o por cualquier otro objetivo de interés general que se promueva, es un valor adquirido, del cual no podremos apartarnos.
En el marco de la ley, de la igualdad y de la libertad, nos hace sentir orgullosos los resultados, que hasta ahora se vienen obteniendo en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, pues pobres y ricos todos somos tratados de igual manera. Gracias a la actual gestión, a los jóvenes que participan de voluntarios y a todos los vecinos, que formamos parte.
María Emilia Cevasco. abogada.
Coordinadora de Banquemos Justicia, CABA.
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